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jueves, 19 de julio de 2012

¿Encender un fuego con tu propia orina?



No te vamos a obligar a beber ese licor casero del pueblo de tu madre que en las frías mañanas de invierno algunos echan en el depósito de gasolina del tractor para arar con más brío el bancal. No te vamos a invitar a meterte entre pecho y espalda un cocktail de guindillas y jalapeños extra picantes que no se los salta un espalda mojada. No te aconsejaremos consumir ningún producto que convierta a tu orina en una especie de napalm infernal, el truco es mucho más sencillo y te permitirá en caso de necesidad (aceptamos ganar una apuesta como necesidad) encender una hoguera usando para ello tu orina. No te pierdas la detallada explicación y el vídeo demostrativo que te ofrecemos a continuación. 

La situación es desesperada.

Necesitas encender un fuego de manera imperiosa y no tienes nada con que proceder a ello. No has traído mechero, chisquero, encendedor, cerillas ni artilugio semejante. No hay cerca palicos y ramicas con los que comenzar un rasca-rasca que tras un rato de frotar y frotar produzca una chispa con la que prender la llama que te salve. ¿Todo está perdido, pues? Pues no, aún tienes tu vejiga llena de agüita amarilla.

Tan solo vas a necesitar un elemento bastante sencillo de obtener y que se de una determinada condición que tampoco es complicada: debe hacer sol y debes tener a mano una bolsa de plástico o similar.

Si estas dos premisas se cumplen y eres capaz de miccionar, el procedimiento es bien sencillo: orina dentro de la bolsa de plástico. Cuando hayas depositado una cantidad suficiente puedes cerrar la bolsa (no olvides lavarte las manos) y ya puedes aproximarte al lugar en el que hayas preparado la hoguera.

Ahora es cuestión de colocar la bolsa de manera que le de la luz del sol y que, al estar llena de líquido, se produzca el famoso efecto de concentración solar habitual de una lupa, tener un poco de paciencia, y en función de la intensidad lumínica, el tamaño que haya adquirido la bolsa con tu orina y la facilidad para iniciarse el fuego por la capacidad de ignición de la hoguera que hayas preparado no debería tardar demasiado tiempo en elevarse la temperatura en el punto en el que concentres el haz de luz para que se origine una llama.

En el vídeo que tenéis a continuación podéis comprobar que puede que no pasen ni unos pocos segundos hasta que la llama hace su aparición.

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