Evidenció su incultura en la FIL de Guadalajara. Confundió nombres de libros y autores.
Sin “chícharo” ni guión, le salta la estulticia; por eso no debate
¡Trágame tierra!. Algo así ha de haber pensado Enrique Peña Nieto, virtual abanderado priista para la elección presidencial, mostró su ignorancia y se puso en ridículo ante cientos de personas al evidenciar su falta de cultura y conocimiento en literatura, durante su bochornosa intervención en la Feria Internacional del Libro (FIL), de Guadalajara, a dónde asistió a dar una conferencia y presentar su libro México la gran Esperanza.
En el popular juego de preguntas y respuestas “Marathón”, cuando los participantes no saben la respuesta se dice que “avanza la ignorancia”. Algo similar le sucedió al ex gobernador del Estado de México, quien no supo responder a las sencillas preguntas que le hicieron los asistentes sobre libros y autores.
Al preguntarle sobre los tres libros que de algún modo han marcado su vida e influido en su quehacer político, al aspirante priista se le hizo bolas el engrudo, como se dice comúnmente, y simplemente hizo el ridículo al equivocar por completo los títulos de algunas obras y sus autores.
Acompañado de su esposa, de su séquito de asesores y guaruras, se veía muy seguro y sonriente, como corresponde su imagen ante los medios.
Pero cuando lo dejaron solo en la mesa de debates, Peña Nieto se puso en evidencia y de dejó constancia de que, al menos en tópicos más complejos que un discurso ante acarreados sobre temas manidos de bienestar social y justicia, simplemente no da una. Ya que sin un discurso preparado de antemano, leyendo un guión, un script o sin el recurso del apuntador electrónico en el oído, (el popular “chicharo”, que le va diciendo que tiene que decir, simplemente es uno más del montón de políticos ignorantes y no da una.
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